Un buen conductor

Un buen conductor no es aquel que maneja a gran velocidad, hace maniobras arriesgadas y dice que maneja mejor cuando consume alcohol, si no aquel que conduce con responsabilidad, respeta las normas de vialidad, el derecho de los demás y aplica técnicas de manejo seguro y a la defensiva.


 

Si bien a algunos conductores se les puede etiquetar por alguna conducta repetitiva cuando conducen (agresivos, temerarios, intrépidos, distraídos etc.). A los conductores los podemos clasificar en dos tipos: conductores seguros y conductores peligrosos.

 

El control de las emociones juega un papel muy importante en la conducción, diferentes circunstancias nos pueden llevar a diferentes tipos de comportamiento. Así un conductor que normalmente conduce tranquilo, puede ponerse agresivo cuando hay trafico, lleva prisa, o cuando otros conductores cometen errores.

 

 

Comportamientos y malos hábitos.

 

Existen comportamientos y malos hábitos que pueden convertirnos en conductores peligrosos ya que nos ponernos en riesgo a nosotros mismos y a los demas. Por ejemplo:

  • No controlar las emociones.
  • Conducir con estrés.
  • Conducir cansado.
  • Distraerse cuando conduce.
  • Agresividad al conducir.
  • Imprudencia.
  • Exceso de confianza.
  • Exceso de velocidad.
  • Egoismo y prepotencia al conducir.
  • Mezclar alcohol y volante.
  • Hablar por teléfono.
  • Comer, fumar, maquillarse.
  • Cambiar estaciones de radio o poner un CD.
  • Pasarse la luz roja de un semáforo.
  • Conducir demasiado cerca del vehículo de adelante.
  • Textear o revisar mensajes mientras conduce.
  • Sobrepasar los límites de velocidad.
  • Volumen muy alto de la música.
  • Conducir con una sola mano.
  • Buscar algo mientras se conduce.
  • Cambiar continuamente de carril solo para ganar unos pocos lugares.

 

Las malos hábitos y conductas al conducir multiplican las posibilidades de sufrir un accidente; entre mas se tengan, mayores serán las posibilidades de sufrir un accidente.

 

Foto | State Farm